Se ha empezado a hablar de una nueva “especie” en el mundo actual, la Generación Z. También se dice que son los herederos de los milenials, aquellos jóvenes que se desarrollaron con la llegada de la década del 2000.

La Generación Z, por su parte, son los chicos de la era digital, que no conciben su existencia sin un móvil entre las manos y una tablet en su mesita de noche.

Esos chicos, que hoy tienen entre 15 y 20 años, ya son nuestros potenciales consumidores de mañana. Pero, ¿estamos preparados para llegar a ellos con nuestros mensajes?
A juzgar por lo que se está viendo en el marketing y la publicidad, son más bien pocas las iniciativas que se dirigen a ellos y utilizan sus armas para llegarles al corazón ( ¿o quizá se rigen más por el cerebro?).

La Generación Z son un agente activo

Es evidente que, por encima de todo, son adolescentes como lo fueron sus hermanos mayores y sus padres. Y por lo tanto, rebeldes. Pero la manera de canalizar esa rebeldía es muy diferente a las de sus precursores. De ahí la importancia de conocer sus inquietudes, necesidades y deseos. Sólo así, los atraeremos inevitablemente hacia nuestra empresa, producto o servicio.

Por ejemplo, la Generación Z, lejos de buscar un puesto de trabajo estable (prioridad absoluta para aquella otra generación a la que la crisis les pilló desprevenidos), se mueve más por proyectos de desarrollo más vocacionales. Han nacido en plena crisis y para ellos forma parte de su existencia, pero no por este hecho van a renunciar a un futuro. El suyo.

Además, la Generación Z ya no se conforma con ser un mero observador las marcas y los medios de comunicación. Quieren generar, y de hecho lo hacen, sus propios contenidos. Se dejan asesorar por los influencers y crean sus propias comunidades online para determinar qué será tendencia y qué no. Utilizan Snapchat e Instagram por encima de Facebook o Twitter. Y los medios de comunicación tradicionales no tienen cabida en su día a día.

Así que el marketing tiene una ardua tarea. La de conocer a esta Generación Z (cosa que todavía no han conseguido con los milenials, cuando este movimiento parece ya haber sido sobrepasado). Sólo así, estudiando y previendo sus movimientos, podrán acceder a su mundo sin resultar intrusivos o arcaicos.

La televisión, los medios impresos o la radio no son su hábitat natural. Así que intentar llegar a ellos con mensajes en estos canales es perder el tiempo.

Sin embargo, lo que diga o pueda llegar a decir en uno de sus vlogs “el tal Rubius” o la dulce “Patry Jordán” harán subir o bajar unos enteros en Bolsa a las marcas más consolidadas.

¿Sabíais que una sola chica, a través de su blog y la legión de seguidores que se ha hecho eco de sus reivindicaciones, ha conseguido que Zara introduzca en su tallaje la XXL?

Y si eres una marca o una agencia de marketing y los dos nombres que acabamos de mencionar no te suenan, puedes estar perdiendo un mercado potencial de 8 millones de personas sólo en España.

Las cifras no engañan. O nos subimos al carro de la Generación Z o seguiremos en el limbo de “La bola de Cristal”.