Quizá al hablar de vídeos virales no tengáis muy claro a qué nos estamos refiriendo y mucho menos qué tipo de poder o influencia tienen sobre nosotros, usuarios.
Pero si os hablo de La Bicicleta de Los Morancos o Pablo y su campaña para donar médula, la cosa cambia.
Efectivamente, si una fotografía duplica el número de interacciones, un vídeo las multiplica por cinco. Y si ese vídeo tiene algo que lo hace original, saltará de perfil en perfil, de red en red, e incluso a otros medios como la televisión.
La fuerza de los vídeos virales puede radicar en:
– El protagonista del vídeo
– El tema del vídeo
– La estética elegida
Pero no cualquier vídeo sirve. Si no cómo podemos explicar que las grandes multinacionales gasten millones en un vídeo que dura segundos y no consigan las visualizaciones y viralidad deseadas, mientras que un niño bailando al son de la música que toca su papá o un cachorrito de dálmata juguetón revientan las redes durante días ( o incluso semanas en algunos casos). Eso son vídeos virales.
¿Por qué triunfan los vídeos virales?
Es evidente que a la gente le gusta lo natural, lo espontáneo y aquello que huele a fresco. De ahí el éxito de youtubers caseros cuyos vídeos tienen la calidad justa. Es el caso de algunos vídeos grabados con el móvil con enfoque e iluminación pésimos pero que muestran un parto en el agua, por ejemplo.
Por todo esto, deducimos que el tema del vídeo es elemento esencial para que se convierta en viral.
Pero, ¿cómo pueden beneficiarse las empresas de este fenómeno social actual?
Estas son algunas pautas a seguir para que nuestro vídeo pueda convertirse en viral.
– Vídeos cortos (para que no se pierda el interés).
– Que comiencen de manera impactante y así captar la atención desde el primer momento.
– Que utilicen las emociones como punto fuerte: ya sea el amor, la compasión, la alegría, la complicidad, el enfado….
– Que no estén guionizados. Y si lo están, que no lo parezca. la naturalidad es fundamental.
– Si somos una marca/empresa y podemos contar con un youtuber o influencer relevante para nuestro sector, intentemos atraerle y que trabaje con nosotros, pero sin perder su esencia.
Pero no debemos olvidar que la viralidad de un vídeo es impredecible. Y la mayoría de las veces, cuanto más se trabaja un vídeo, peor es el resultado obtenido.
Lo que sí está claro es que «si suena la flauta» y nuestro vídeo se convierte en viral, conseguiremos sin apenas esfuerzo una repercusión más allá de cualquier expectativa.