El community manager, del que tanto se ha escrito y se seguirá escribiendo, es sinónimo actualmente de aquella figura que existe en las empresas, propio o externalizado, que se pasa las 24 horas del día entre cuentas de Facebook, Twitter o LinkedIn.

Imaginamos a un chico joven, pertrechado con el móvil de última generación en una mano, la tablet en la otra y el portátil sobre su escritorio, pasando las horas e incluso los días publicando en las diferentes redes sociales.

Buscando información para su próximo post, contestando a los requerimientos, quejas y en contadas ocasiones menciones agradables y dignas de una sonrisa, analizando estadísticas y datos sobre procedencia de las visitas, número de me gustas o retwits….Pero, no.

El Community Manager es o debería ser la persona más organizada y estructurada mentalmente de toda la compañía.

Porque las redes sociales están vivas y nunca duermen y sus usuarios pueden decidir utilizarlas en mitad de la madrugada o en días festivos, vacaciones o durante una sesión de trabajo de «esas que aburren».

El community manager debe estar preparado y contar con las herramientas necesarias para que su trabajo sea efectivo sin quitarle horas al día o a la noche. Sabiendo además que difícilmente contará con el apoyo del resto de la empresa, y mucho menos la dirección, para llevar a cabo su tarea.

Por lo tanto, el primer paso para no caer en el caos más absoluto es definir sus funciones de manera clara y concisa. Para ello, nada mejor que preparar su checklist o listado de tareas.

COMMUNITY MAMAGER

Aunque sólo se trate de una infografía a grandes rasgos, queda claro que el community manager tiene una serie de «obligaciones» diarias con las que conseguirá que su trabajo sea ordenado, constante, evaluable y orientado a resultados.

En próximos posts analizaremos red por red, cómo seguir una correcta estrategia de Social Media