Que la situación económica no acompaña, eso es cierto, pero que muchos profesionales parecen sumidos en la apatía, también lo es. En estos tiempos nos encuentramos en ocasiones con otros formadores que con caras lánguidas nos cuentan que no hay trabajo, que no salen cursos, que todo está fatal… Fatal está la cosa pero sabiendo que hay menos para más, habrá que sobresalir y moverse para que ese menos sea para nosotros, para los formadores proactivos!!

La proactividad es lo que ahora nos hace saltar del sofá, dejar de lamentarnos y ponernos las pilas (a  nosotros nos funciona tomarnos un cortadito y ponernos, por ejemplo, la canción de Garbage Sex is not the enemy). La proactividad es algo que no es fácil sacar porque a veces no se sabe dónde está o ni siquiera se sabe de su existencia, es algo espiritual, algo fuerte que te impulsa a hacer cosas productivas y diferentes.

Proactivos lo podemos ser todos, no va de sexos, ni clases, ni economías, ni razas, no se compra, no se vende, sólo se puede transmitir, aunque el hecho de transmitirlo no garantiza que al otro le vaya a hacer efecto. Quizás sí se puede contagiar, pero tiene que tener el contagiado también algo de proactividad (si no, el otro siente un agobio y sentimiento de invasión terribles).

¿Cómo es entonces un formador proactivo?

El formador proactivo: 

  • Busca ideas
  • Está empeñadísim@ en que sus alumnos aprendan
  • Busca empresas que le ofrezcan la oportunidad de trabajar
  • Busca proyectos
  • Propone proyectos
  • Busca encontrar colaboradores
  • Está en las redes sociales, al menos en Facebook y en Linkedin.
  • Tiene un blog
  • Ofrece contenido original
  • Ofrece más a sus alumnos de lo que estos esperaban
  • No hace trabajos que el cliente espera, gratis, pero sí aporta un valor añadido que el cliente no espera
  • Investiga
  • Crea
  • Hace otras actividades complementarias
  • Aporta algo diferente
  • Tiene una sonrisa sincera
  • Soluciona
  • Quita trabajo a los organizadores
  • Tiene un plan de marca personal con DAFO incluido
  • Disfruta con su trabajo y siempre quiere mejorar
  • Ofrece cursos diferentes y un sello personal en la manera de impartirlos
  • Etc.

Concluimos con la idea de que la proactividad es una actitud. Algo que se consigue poniéndose en marcha, muy relacionado con la motivación y la pura actividad.

Pero sobre todo, un filtro en estos tiempos: ¡sólo los proactivos vencerán!

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La foto está extraída de aquí