En los tiempos de bonanza económica todo funciona bien. Se aumentan los presupuestos de marketing y todo se vende. Pero, cuando llegan las vacas flacas, es cuando una empresa tiene la oportunidad de demostrar su valía. Pero ¿Cómo podemos mejorar nuestros resultados con menor cantidad de personal y con un presupuesto recortado por todos lados? ¿Cómo podemos mejorar la calidad de servicio?

Queremos daros unas pistas, las que nos aplicamos a nosotros mismos y que nos están funcionando: 

  1. Ahora es momento de simplificar nuestras vidas: en las PYMES, los empresarios somos “personas orquesta”. Hacemos de todo porque no nos queda otra. Con personal en cantidad insuficiente, menor liquidez y las mismas 24 horas, tenemos que machacarnos para obtener las mejores cifras. No es tiempo de trabajos superfluos: es momento de hacer un listado de los gastos y de las tareas que acometemos tanto en la vida personal como en la profesional y hacer un recorte de lo que no es prioritario: eliminar suscripciones a las que no sacamos partido, reorganizar horarios, renegociar plazos de pago con proveedores, eliminar tareas que nos ocupan tiempo y no dan rendimiento, optimizar el tiempo que pasamos en redes sociales… centrarnos solo en lo imprescindible y en lo rentable. Toca ser analíticos muy en serio. Descartar tareas y compromisos del fin de semana que solo contribuyen a agotarnos. Lo que queda de toda esta labor es tiempo para el descanso y la desconexión, pero también tiempo para ser más productivos y para delegar ciertos trabajos como el de la publicidad a expertos que nos maximizarán los resultados. 
  1. Diseñar un plan de marketing corto y al grano. La mayoría de las PYMES con las que trabajamos no conoce su mercado actual: quizás diseñaron un plan hace años, puede que hayan elaborado un plan de empresa con poca profundización en marketing y sin presupuestos e incluso, algunas de ellas, jamás hayan hecho nunca ni plan de negocio ni plan de marketing. Es momento de seguir investigando, analizando y diseñando un plan para no gastar presupuesto sin ton ni son ni dejar de invertir en marketing de calidad porque no nos salen los números. Un plan de marketing comunicacional nos ayuda a conocer en profundidad a nuestros compradores, nos obliga a diseñar una estrategia con únicamente los medios imprescindibles y nos centra en las acciones con las que tendremos más posibilidades de conseguir clientes, aumentar nuestra facturación y rentabilidad. En definitiva, nada de decir que “si” a todos los medios que nos proponen algo, es momento de seleccionarlos con mucha “sesera” y poca pena. En Intrépida ayudamos a las empresas a diseñar este plan y a que aprendan a seleccionar solo lo que da resultado. Con un plan de 4 sesiones de mentoring y unos deberes importantes, salimos con un plan brillante. 
  1. Hay empresas, sobre todo, las pequeñas que quieren asumir todo el trabajo dejando de dedicarse a las tareas para las que realmente montaron su negocio: pequeños hoteles con encanto, restaurantes, estudios de fotografía, tiendas online de moda, que invierten tiempo personal en desarrollar su web, poner en marcha campañas de anuncios en redes sociales, diseñar las creatividades, gestionar la declaración de sus impuestos, limpiar el local…y dejan de concentrarse en lo suyo. Dejan de ejercer el trabajo que se les da mejor para desgastarse en las minucias. Es cierto que, si no hay dinero, no queda otra que asumir trabajos que no nos gustan, pero todo tiene un límite. Si hemos abordado los puntos 1 y 2 de este artículo tendremos tiempo para mejorar el nivel de servicio y conseguir más clientes en lugar de estar peleándonos por averiguar cómo desarrollar una web en WordPress por las noches. Creemos un listado de tareas que sí y tareas que no, saquémonos de encima los robatiempos de una vez por todas y concentrémonos en generar y desarrollar negocio, ofrecer excelencia en el servicio y mejorar la calidad de servicio. En Intrépida tenemos un equipazo de profesionales especializados para mejorar la calidad de servicio. Esto significa que, por ejemplo, mientras te estás desgastando en crear y poner en marcha campañas de anuncios que no terminan de funcionar porque no tienes experiencia, podrías tener a Alex Palma que solo se dedica a hacer campañas de anuncios en Facebook, Instagram y Google, con lo cual te crea una campaña de manera profesional y consigue llevarte los seguidores y clientes que necesitas. Y lo mismo pasa con las webs: en Intrépida nos ha pasado de todo pero Fidel Portillo, nuestro programador, siempre ha sabido descubrir y encontrar las soluciones. Para qué vamos a sufrir innecesariamente, ya si eso que sufra Fidel que tiene callo de veinte años de experiencia.
  1. “No hay duros a cuatro pesetas” este verídico dicho de antaño nos viene a explicar que todos los productos y servicios tienen un precio relacionado con un nivel de calidad y que hay que desconfiar de quienes prometen el éxito total a bajo precio. Si queremos alcanzar clientes por nuestro nivel de servicio, no nos quedará más remedio que invertir en las herramientas adecuadas para impactarlos. Y esas herramientas no podrán ser de elaboración ‘amateur’ si queremos transmitir una imagen profesional porque el usuario va a relacionar la imagen y funcionamiento de tu página web o el diseño de tu catálogo de productos al nivel de lo que va a comprarte. Es posible que tu producto sea de súper calidad pero si en tu cuenta de Instagram las fotos no son profesionales, el producto no se estará comunicando adecuadamente. Es posible que tu cliente no sepa de marketing pero, desde luego, tonto no es y algo ve de “cutre” en tu comunicación que lo “echa patrás”. La percepción se construye a base de una buena comunicación y dando ejemplo. En Intrépida tenemos el equipo perfecto para trabajar en tu imagen corporativa, a fin de que tu cliente perciba tu empresa solo como tú deseas. Nuestro equipo de arte formado por Manasés, Patricia, Jaime, , Brii y Bea se reunirán contigo para identificar las claves y llevar tu marca hasta el infinito y más allá.

No queremos extendernos más. Con estos 4 puntos de partida tenemos para comenzar a dar ese giro a nuestra empresa y saltar de esa “rueda de hámster”. Hay más y mejor vida fuera de ella. Y hay que mejorar la calidad de servicio.

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